El café que aquí presentamos ostenta orgullosamente y con mucha razón el nombre de "ARTE". Su imagen está inspirada en la inigualable obra "La joven de la perla", de Vermeer (c. 1664). En ella una joven parece quizás emerger u ocultarse de una sombra profunda, un fondo completamente negro e insonsable propio del tenebrismo. La joven en cambio está iluminada, voltea a vernos con una expresión difícilmente descriptible en palabras; tal vez sorpresa, curiosidad, sospecha, seducción. Sus labios entreabiertos evocan un suspiro, quizás una expresión ahogada. Su mirada parece en sí reflejarlo y absorverlo todo al mismo tiempo, hay un cierto dinamismo en su postura, pasa, emerge, o se esconde. Algo de fugaz hay en ella. Lleva por pendinete una perla, misma que destaca entre todos los demás elementos y le da título al cuadro. La perla, al igual que sus ojos, parece condensar en sí el reflejo de algo que no vemos, algo que ilumina la obra a pesar de la dinámica que hay entre su personaje y la oscuridad que le da fondo. De modo semejante, este café, que es sin duda una obra de arte, condensa en sí las hostorias que le preceden, muchas de ellas anónimas, pero conservadas en los aromas. El oscuro fondo de nuestra taza será descubierto conforme las ideas, los buenos momentos, las reflexiones y las pláticas fluyan. Se trata de una línea excepcional de nuestro café gourmet.